El bautizo de fuego de Don Balto. Su segunda competencia y su primer competencia de trail de montaña.
El número mitico 32 para el perro que nació para correr.

Lo saludo el crack de la campana de masaya. El abogado con tenis trepa cerros. Le resuelve un caso corriendo.

Salimos cuesta abajo y de rodada. No muy buena idea porque el trineo del balto corría como los Dioses y a mi me iba raspando la planta de los pies a lo fino como un rallador. No tuve más remedio que liberar a willy. Salió como pedo mula detrás de los demás corredores.

No le vi las vueltas hasta que aterrice en la laguna. El me llevaba como un kilómetro de distancia a lo lejos lo vi zambullirse en el agua . Hasta anfibio me salió el jodido.

Ya saliendo del área costera entre piedras y ramas que te daban tu galletazo. Llegamos al puesto de hidratación el pit stop perruno. Atendi primero a balto le saque su panita, le di un poco de banano, pedacito de torta.

Le pregunte: Que onda perro! Le damos? El solo me dijo un guao guao, «claro que si mi bobby».

Nos metimos de a poco en la naturaleza salvaje. Los Congos, las rocas, el ascenso a San Pedro.

Yo solo me repetía todo lo que sube tiene que bajar. Si te apresuras pierdes. Asi fue… De uno en uno el Balto y yo íbamos pasando competidores. Que se asustaban al ver un perro cara de loco saltando peñas, empujando se hacia las alturas. Vamos balto tu puedes! Le venía cantando y el como en comparsa militar respondía con cada salto. Ahora si funcionó el trineo.

En medio de la trepada encontramos a Osman un compañero de ruta de balto. Estaba meditando sobre una piedra luchando con sus demonios. Entre que si sigo o no, ve salir del bosque a Balto y como que le inyectaron ánimo nos siguió. Un paso detrás del otro le ladraba balto. Vamos perro no te detengas.

Llegamos a la cima del sendero del caballito. Había otro perro stop de agua y banano. Yo ya tenía entrenado a los aguadorres. Prix sacame una pana de la mochila. Claro que si, le damos agua al campeón. En su panita azul con patas de perro se hidrataba el Don.

Listo vámonos perro y seguimos trotando por un camino de tierra, pasamos la policía. Gracias a Dios no nos multaron ya otra multa y seguro empeño el alma. Me gritaron que en la categoría de balto no había premios. Si supieran el balde de pedigree que le esperaba.

Atravesamos Diria, a como lo conocía parte de los pueblos brujos. Pero después de esta competencia, pueblo de perros pandilleros. Es que en cada esquina nos topamos a tres, el firulai, mordelon y el tal spike. Pero los domamos a todos, yo ladrando por balto. De vez en cuando se me salía un que fue hijue… perrita linda y preciosa.

Ya subiendo por el seminario, sabíamos que habíamos coronado. Llegamos le dije, el solo iba sonriente. Le dieron tremendo recibimiento. Allá viene otro competidor el firulais, el firulais ultra runner, el firulais se acerca. Todos aplaudían, yo parecía invisible, hasta que dijo ahí viene el firulais con un señor… si con un señor. Ya cruzando el arco inflado del triunfo. Le ponen su medalla a balto, y murió el trail de San Antonio. Se acerca el Miguel le da su puño a Balto. Lo demás queda para la historia.

Fueron 12 km. Que clase nivel. Ya le dije a santa que se lo alquiló.