Fui a un partido de fut. ¿Como les explico el frenesí por la victoria, Los cánticos desmedidos, los insultos del alma?… Como puedo mencionar lo lindo que es gritar gol viendo jinetear a toda maquina a un soldado jugando más que la camiseta, arriesgando el honor.
Apartemos los pensamientos mundanos por un momento.
Traslademonos al cuadro… Aquel al que acudimos todos fieles de uno a uno como ir a misa.
Donde se valoraba el coraje, el honor, el quien es es quien y quien no.
Hoy no fue una de esas grandes selecciones o clubes mágicos de millonadas. Mas bien fue mi azul y blanco teñido de rojo sangre y negra semblanza. Lucharon, contuvieron y se estrellaron. Avanzaron y no cayó. Pero me enorgullece ver tanta garra aferrado a la victoria , colgado del balón por su vida misma. Oyendo ese atabal a cada segundo, correar su nombre con redoble de pulmones enardecidos por ganar. Te Provoca ira, risa, felicidad. Te pinta el rostro de emociones. Te devuelve el corazón de niño, aquel que tanto soñó. Quien quiso atrapar el aire con los ojos vidriosos mirando al ejército del balón, gigante ante el relámpago de voces coreando a cada paso su más sublime ejecución.
Gracias fútbol.